Padres

Los mayores también pueden ponerse guapos en la Pelu de los peques. Algunos de nuestros salones cuentan con un “Rincón de Padres”, un espacio con los servicios imprescindibles de la peluquería para lavar, cortar, secar y peinar, de la mano de nuestros profesionales expertos en el cabello.

Cortar y secar

Lavar, cortar y secar

Lavar, cortar y peinar

Lavar y peinar

¿Es diferente el cabello de los adultos?

El cabello de un niño y un adulto es distinto, más aún si hablamos de los bebés que suelen tener un cabello más fino y que va cambiando a medida que van creciendo, hasta que alcanzan el “cabello definitivo”, que pasará luego por varias fases paralelas a los cambios hormonales en el desarrollo.

Morfológicamente, los niños tienen la cabeza más pequeña, los contornos de la nuca más elevados que un adulto y las patillas y el área frontal más despoblada.

A medida que cumplimos años, sí es cierto que el cabello cambia, básicamente en cuanto a su grosor, densidad y color.

¿Sabíais que un bebé tiene más folículos pilosos que un adulto?

¡Aunque nazca con poco pelo! En la semana 22 de gestación un feto tendrá alrededor de un millón de folículos pilosos, que es el mayor número que tendrá en su vida, ya que no aparecerá ni crecerá ninguno nuevo.

En cuanto al color, los niños pueden tener el pelo más claro a cuando se hacen adultos. Esto es debido a que los cabellos jóvenes producen menos melanina, el pigmento de la piel, el cabello y el iris de los ojos, haciéndolo más transparente. A medida que nos hacemos mayores, esa transparencia disminuye y el cabello oscurece.

¿Hay diferencias al cortarle el pelo a un adulto?

Esto es algo que nos preguntan mucho y la respuesta tiene varias aproximaciones. Más allá de las distintas formas de abordar la comunicación, las diferencias en el trato de una persona adulta y un niño y las habilidades incluso psicológicas que hay que tener para ello, nos podemos también referir al trabajo técnico y la morfología de las personas.

El uso de la maquinilla es diferente entre un adulto y un bebé, en los que hay que prestar especial atención a si por ejemplo tienen costra láctea y porque en general, tienen un cuero cabelludo mucho más fino y delicado.

Lo que sí es cierto es que la actividad de peluquería a la que nos dedicamos supone arreglar los cabellos y modificar con ello el aspecto exterior de una persona. ¡Vaya responsabilidad!

En ambos casos, con los peques y con los mayores, lo hacemos con mucha profesionalidad y cariño.

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